23/01/2016
Cazadores, estamos en plena época de caza mayor y debemos recordaros que las armas son herramientas que hay que utilizar con precaución. Muchas veces durante la caza se interponen los perros entre la presa y la escopeta, algo inevitable. El problema viene cuando el ansia por disparar a la presa nos puede y el propio reflejo de aparecer un objetivo en el punto de mira hace apretar el gatillo, sin darnos cuenta muchas veces de que el animal al que se está disparando no es el deseado.
Debemos tener la mente bien abierta y realizar esta actividad con mucha responsabilidad y conocimiento, ya que se juega con la vida de seres vivos.
Muchas veces en la consulta recibimos animales disparados por arma de fuego y nos damos cuenta porque aparecen en las radiografías estructuras compatibles con plomo como hallazgo ocasional y no lo damos mayor importancia. En cambio en otras ocasiones recibimos mascotas con lesiones tan grandes o en lugares tan comprometidos que llegan a costarles la vida.
Por favor cazador, ser siempre conscientes de la importancia que tiene realizar esta actividad con gran responsabilidad y si ocurre algún accidente acudir lo más rápido posible al veterinario con vuestro animal.