La electrocardiografía o ECG (electrocardiograma) registra la actividad eléctrica del corazón. Se utiliza para medir el ritmo y la regularidad de los latidos, así como el tamaño y posición de las cámaras cardíacas.
El ECG puede establecer una evaluación basal del corazón de un animal e investigar síntomas de reciente evolución, como dolor torácico, dificultad para respirar, fatiga, tos cardiaca, etc. Con la electrocardiografía podemos diagnosticar dos grandes tipos de patologías: las arritmias y las patologías morfológicas.
Los resultados son interpretados por nuestro personal y además son enviados y analizados por un laboratorio externo de especialistas cardiólogos.